viernes, 17 de junio de 2016

Taracena y sus 41 empleados por los que se pagan Q745 mil mensuales

Mario Taracena quien tiene 30 años de ser diputado del Congreso de la República y desde el 14 de enero de 2016, ocupa la presidencia de ese Organismo, donde ha autorizado el aumento de salarios a sus trabajadores por hasta Q13 mil y ha empleado a los allegados del partido corrupto de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), por los que el Congreso deroga mensualmente Q745 mil 232.

Taracena se montó en la ola del cambio y adoptó el discurso de las reformas al sistema, pero además de catalogar como histórica una reforma política que no ataca los vicios del financiamiento, repitió los vicios de siempre al beneficiar a sus trabajadores con altos incrementos de salarios, y emplear a personas que estuvieron detrás de la campaña electoral de la UNE en 2015.
Según información de acceso público, en los últimos meses Taracena autorizó el incremento de hasta Q13 mil a trabajadores que laboraron para él antes de llegar a la Presidencia.
Tal fue el caso de Daniel Salazar Coimas, quien pasó de ganar Q12 mil como asistente de la UNE a devengar Q25 mil en la Dirección de Comunicación Social, o el de Miguel Ángel Sandoval, excandidato a la Presidencia por Winaq-URNG-Maíz, quien prestó sus servicios de asesoría para la UNE sin que se le viera ocupando un puesto en el Congreso. El salario de Sandoval aumentó de Q10 mil en 2015 a Q16 mil 500 este año.
Además, Taracena incrementó en 17 el número de empleados en el área de Comunicación Social, pasando de tener 37 trabajadores a 54. En el caso de Nery Roberto Morales, quien ya laboraba en dicha sección, se autorizó un aumento salarial de Q5 mil. Tales modificaciones a la planilla significan una inversión de Q224 mil más al mes.
La Dirección de Comunicación, a inicios de la legislatura actual, estuvo a cargo de Carlos Menocal, exministro de Gobernación durante el gobierno del expresidente Álvaro Colom, sindicado de pasarle más de Q.600 millones de ese ministerio, a manos de Sandra Torres, de donde desaparecieron y podrían encontrarse en cuentas bancarias en Panamá.
ACTOS Y DOBLE DISCURSO
Para el politólogo Jorge Wong, del Instituto de Investigaciones Políticas y Sociales de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos, las acciones de Taracena contradicen todo lo que ha dicho desde que llegó a la Presidencia y dejan en evidencia que ha incurrido en las mismas prácticas de los demás exdiputados.
Con los aumentos y contrataciones que ha autorizado Taracena deja en evidencia que tiene un “discurso de buena voluntad, pero al final las cosas están empeorando. Esto me hace recordar la teoría del gatopardo, basada en una novela italiana, en donde se cambia todo, pero al final todo queda igual y esto debería evitarse”, dijo.
El politólogo catalogó como un “arranque” el que el diputado de la UNE haya expuesto la nómina salarial. “Fue como para decir: miren, estamos cambiando. Sin embargo, las cifras en contrataciones y aumentos de sueldos están aumentando; esto debe motivar a la ciudadanía a estar al pendiente de lo que suceda en el Legislativo y en los otros dos poderes de Estado”, señaló.
“Con estos aumentos y contrataciones de allegados del partido verde debo decir que es desencantador que se intente promover algo, y tras las bambalinas se esté negociando”, destacó Wong.
SIN REGULACIÓN
Para Mario Itzep, del Observatorio Indígena, las contrataciones que por años se han hecho en el Congreso y que ha seguido Taracena no tienen regulación alguna porque no existe un órgano autónomo para la fiscalización transparente del Estado.
Dicha tarea, según la ley, está a cargo de la Contraloría General de Cuentas (CGC), pero ésta solo ha dado muestras de debilidad en sus auditorías y en la rendición de cuentas, opinó.
“La CGC tendría que verificar la contratación de personal en el Legislativo y pedirle a los diputados que transparenten. Los congresistas que no se sometan a esa fiscalización como lo pide la ciudadanía, deberían renunciar porque la población ya se manifestó en contra de la corrupción en el Estado”, apuntó.
En una entrevista, Itzep afirmó que la depuración y saneamiento del Congreso debe empezar con el Presidente, en este caso, Taracena, seguido de los miembros de la Junta Directiva, bloques legislativos y el personal de las áreas administrativas de ese ente, aunque estos no hayan sido electos en un proceso electoral como si lo fueron los diputados. “El personal puede contribuir a denunciar anomalías e irregularidades que hagan los congresistas”, acotó el analista.
Sin embargo, las contrataciones en el Congreso no se han regulado por la falta de voluntad política de los diputados para reformar la Ley de Servicio Civil de ese organismo y la negativa de los empleados que están al frente de los sindicatos, quienes consideran que con los cambios se eliminarían los beneficios salariales alcanzados con la firma del Pacto Colectivo en 1999 durante la Presidencia del exdiputado Leonel Eliseo López Rodas.
Taracena se encuentra implicado en el negocio sucio, corrupto... del Transurbano, donde son responsables Alvaro Colom, Sandra Torres y Alvaro Arzú.

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