martes, 14 de octubre de 2014

En la PNC despiden injustamente a personal honesto, para darle posesión a elementos perteneciente al crimen organizado.

Esto sucedió cundo fueron nombrados: Marlene Blanco Lapola, a Directora General y Rember Larios, Director General Adjunto, de la Policía Nacional Civil, a finales de septiembre del 2008.
Luego de recibir los nombramientos, se reunieron con sus asesores: agente Delia Batz y otros, para planificar y fortalecer el Cartel del narcotráfico, la "Charola",  liderada por ambos.
Con la finalidad de desarrollar todas esas actividades relacionadas con el narcotráfico y organizar estructuras que se dedicarían al sicariato, tenían que sacar de la institución a todos aquellos jefes que no fueran de su confianza, y que no se prestarían a las acciones criminales. Entre los despedidos figuran: los dos ex voceros de la PNC y otros comisarios, subcomisarios y oficiales sub alternos (16 en total), quienes gozaban de una buena imagen y confianza de la población, por su capacidad y haber logrado combatir la criminalidad. Esto no les convenía, a "Lapola y Larios", porque ellos trabajaban de la mano con el crimen organizado.
Luego Marlene y Rember, ordenaron a una de sus estructuras, darle seguimiento a los despedidos con la finalidad de tenerlos ubicados y asesinarlos, al momento que estos pelearan —legalmente— su reinstalación.
Posteriormente, realizaron ascensos anómalos —sin llenar los requisitos estipulados en la PNC—,  favoreciendo a todos los que integraban las organizaciones que dirigían, colocándolos en puestos y puntos estratégicos, para echar andar la estructura del Càrtel del narcotráfico.
A la fecha, en el Ministerio de Gobernación sigue en pie la orden —de Blanco y Larios— de no permitir el regreso de alguno de los ex jefes separados de sus cargos por Blanco Lapola y Rember Larios, y de cualquier otro ex mando honesto, porque los ven como una amenaza para la estructura. Ya tienen planificado quienes van a ser los futuros mandos superiores de la policía, para asegurar las operaciones de la “Charola”.
Todavía no se tiene claro cómo concibieron el nombre “Charola” (que quiere decir ”insignia”). En el aeropuerto de México D.F. hay una organización criminal con ese nombre, conformada, en su mayoría, por policías, pero no se tiene información sobre si el Cartel de La Charola de la PNC tiene vínculos con el grupo mexicano o si solo copiaron el nombre. 
El 21 de septiembre de 2008, Larios fue nombrado director general adjunto de la PNC. Durante el tiempo en el cargo, él creó y dirigió varios escuadrones de la muerte dentro de la PNC, asociándose con Marlene Raquel Blanco Lapola, quien fungía como directora de la PNC (actualmente en prisión con cargos por ejecuciones extrajudiciales). Larios aprovechó el tiempo en el cargo para consolidar buenas relaciones con diversos carteles y crear su propia organización criminal, la cual se dedicaba a los tumbes y el sicariato. Tenía alrededor de 500 miembros de la PNC divididos entre ocho escuadrones de la muerte.   
Mientras estaba de director general adjunto de la PNC, Larios nombró al oficial Bagner Orellana Orellana (vinculado con las organizaciones de Los Lorenzana, especialmente con Waldemar Lorenzana Cordón), segundo al mando de Zacapa (cuartel general de Los Lorenzana).  Luego, destituyó al jefe de la comisaría de Zacapa y dejó a Orellana como jefe interino por varios meses. Orellana presentó a Larios con César Augusto Paz Castañeda, alias Choguto, un empleado de Lorenzana a cargo de los contactos políticos.  
Marlene Blanco Lapola fue nombrada directora de la Policía. Ella es hermana del diputado Orlando Blanco (quien tenía una relación muy cercana con el entonces presidente Colom, y su esposa Sandra Torres).  Larios y Lapola tenían todo el control operativo de la PNC, para fortalecer el accionar del cártel “La Charola”.   

A Blanco y a Larios los despidieron en junio de 2009, cuando se dieron a conocer los Escuadrones de la Muerte. Blanco fue consignada y se encuentra presa.

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