miércoles, 20 de julio de 2016

Cárceles ¡guaridas del crimen organizado!


Solo en los últimos 8 meses, en las cárceles del país han muerto 29 reos, en tres diferentes motines. En el último registrado falleció Byron Lima Oliva y 13 personas más, entre reclusos y visitantes.
Las víctimas fueron atacadas con una granada de fragmentación y rematadas a balazos con armas de diferentes calibres que a través de la corrupción y la complicidad que prevalece en esos lugares, ingresaron sin ningún problema.

El 1 de enero recién pasado, otro motín le costó la vida a 8 presidiarios, en la cárcel del nororiental departamento de Izabal, donde además quedaron otros reos heridos.Y exactamente un mes antes, en la prisión Canadá, en Quetzaltenango, otro amotinamiento de presos dejó como saldo a 16 fallecidos.

El 12 de febrero de 2003, en otro movimiento rebelde de presos en el Centro de Detención Preventiva para Hombres de la zona 18 capitalina, el compañero de Lima Oliva, el sargento José Obdulio Villanueva, fue asesinado junto a otros 5 reclusos, todos decapitados por grupos de pandilleros juveniles que dirigieron el amotinamiento. Villanueva y Lima Oliva estaban acusados del caso Gerardi.

Todo ese desorden, es por acuerdos mutuos con los ministros de gobernación, directores de las cárceles y las mafias organizadas que operan en el interior de las las cárceles.


Por ejemplo, lo denunciado por Lima, él con su organización cobraban 40 centavos el minuto en las llamadas telefónicas. Cuando Mauricio López Bonilla fue nombrado Ministro de Gobernación, ordenó que se cobraran 2 quetzales el minuto y el hijo de Bonilla se encargó del negocio de la alimentación de los reclusos.

En el interior de los centros carcelarios se maneja la venta de drogas, licor, llamadas telefónicas, cobros de talacha a los recién llegados, ingresos de armas, etc. En fin, con el visto bueno de los funcionarios y soborno a los guardias, es suficiente para obtener lo que desean.

Para esas mafias, son negocios rentables, porque desde el interior de las cárceles planifican los secuestros y dirigen el 90 por ciento de las extorsiones. Con ese dinero ilícito, les da el control y poder sobre los guardias de presidios, quienes reciben un salario de entre Q2 mil a Q3 mil.

Eso mismo pasó en el desgobierno de la UNE y en los antecesores. Las cosas no pasan por casualidad. Para sanear todo ese desmadre, se tiene que empezar por esos funcionarios, relevar a todos los agentes de presidios y que se pongan los pantalones desde el presidente, ministros y directores, para evitar ser coaccionados e intimidados por delincuentes del crimen organizado que se encuentran presos..

No hay comentarios:

Publicar un comentario