viernes, 29 de agosto de 2014

Una de las propiedades de Otto Perez Molina

Tuvo razón Pérez Molina de indignarse con nuestra estimación conservadora, de que su sofisticada finca campestre, digna de los mismísimos Windsor, Saboya o Borbón, en Zaragoza, Chimaltenango, era de al menos dos (2) millones de dólares, cerca de diez y seis (16) millones de quetzales. Hoy nos enteramos, que Defruta, antes Profruta, una institución clave del Ministerio de Agricultura, le regaló la semilla, la asesoría agronómica y los servicios técnicos para sembrar sus nuevas tierras con aguacate Hass. Es decir, el monto de su inversión fue menor.

En otras palabras, la plata para establecer la plantación de aguacate no salió de su bolsillo, más bien salió de las arcas del Estado. No fue tanto lo que el General invirtió.

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