lunes, 18 de agosto de 2014

La vergüenza de Guatemala.

Con vergüenza vemos y escuchamos de tanta asquerosidad en este país. Ahora el ejercito se dedica a cuidar a narcotraficantes y a sus bienes. El narcotraficante apodado el "Tres quiebres", es un asesino. Ya asesino a varias personas, con el apoyo de la Policía Nacional Civil. Por esa cumplicidad, es que los asesinatos no son investigados y tampoco se escuchan en los medios de comunicación, porque a todos los compra con dolares, este narco. Cambien ha robado fincas y parcelas y asesinado a los propietarios que no le quieren vender. Roba camiones llenos de ganado por el sector, pero ahora hasta el ejercito lo protege. Que vergüenza. ¡Si el Ejercito y la policía ahora son parte de la estructura del narcotrafico y crimen organizado! ¿Quien protegerá a la población?... Qué garantía tiene un ciudadano que pone su denuncia, denunciando a integrantes del crimen organizado que se dedican al secuestro y asesinar personas por encargo? Ya estamos cansados y pedimos que los señores del -DEA- tomen cartas en el asunto y pongan un alto a esto. Guatemala ya la convirtieron en un narco estado, señores. El director y Director Adjunto de la PNC, son los capos y jefes del Càrtel "La Charola", imagínense.

Narcomilitares solidarios

Fuentes antinarcóticas internacionales, cuentan que en Chiquimula, en una lujosa residencia del teniente coronel Pavel Godínez, junto a otros oficiales, el mero viernes 15 de agosto, se llevó a cabo una espontánea celebración, en donde abundaron como que si fuera peste, los finos licores, las sofisticadas viandas, las bellas mujeres y los hombres feos pero fortachones y salvajes. El motivo: el agradecimiento del Tres Quiebres a las autoridades militares que acudieron a su rescate durante el atentado que sufriera y en el que según los chiquimultecos bien informados, resultó levemente herido el poderoso y temible narco y el mero mero del cartel de Ipala, con conexiones profundas en las altas esferas gubernamentales, como quedó demostrado ese día. El fuerte operativo militar para resguardarlo pasó a segundo plano a la Policía Nacional Civil y al Ministerio Público y le escondió su armamento letal, incluyendo una caja de granadas, que todo apunta, alguna vez fue del Ejército.

Las conexiones del cartel de Ipala llegan a Belcebú, el tatashcán del seguro social, quien recientemente se vio obligado a retirar a su consuegro de agregado militar en México, por el colorón pérez que se estaba dando y a Roel Pérez Argueta, que movió pitas con premura para que el Army saliera al rescate del Tres Quiebres, que por cierto, es el segundo atentado que sobrevive.

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