martes, 20 de octubre de 2015

Sandra Torres por la ambición al poder y al dinero destruye su hogar y se inventa tantas mentiras


Sandra Torres siendo aún primera dama de la nación pretendía lanzarse como candidata a la presidencia. Lo cual era inconstitucional, porque el esposo ocupaba el cargo de presidente de Guatemala, pero sin dudarlo, se divorció inmediatamente. Aquel episodio del divorcio exprés, fraude de ley, todos lo recordamos.

Sandra cuenta con la experiencia del pasado, pero ligado a tantos hechos de corrupción. Realizó transferencias millonarias de los ministerios más importantes: Salud, Educación y Seguridad. Todo ese dinero no se reflejó en obras que beneficiaran al pueblo y los millones se esfumaron como obra de magia, negándose a rendir cuentas.
Los ex ministros del Ministerio de Gobernación: Salvador Gandara, quien fue recapturado recientemente por anomalías en la construcción de una cárcel de máxima seguridad, en el tiempo de la UNE —la cual fue destruida en su totalidad por los presos—, debido a la mala calidad. Carlos Menocal, a quien le ofreció de nuevo el puesto de ministro. Ambos, le pasaron alrededor de 646 millones de quetzales del presupuesto de la seguridad, dinero que fue a parar a manos de Sandra y ya no se supo más.
Los agentes de la Policía Nacional Civil recibían un bono de Q.4,000 anuales, que les fue otorgado en el tiempo que fue ministra de gobernación Adela de Torrebiarte, el cual también les fue quitado y absorbido por Sandra Torres, quien actuaba con gran voracidad al dinero.
Es público, que Sandra Torres presidió el gabinete de ministros y dirigió y coordinó a ministros y secretarios de la Presidencia, en todo el régimen de Colom, lo que también consta en acuerdos gubernativos y en informaciones de prensa. Se confirma, entonces, que Torres efectivamente actuó como jefa de gobierno “informal”, por supuesto sin haber sido electa para dicho cargo.
Esto supondría que la “camarilla gobernante” bajo la presidencia “formal” de Colom habría alterado el orden constitucional para que Sandra Torres fuera jefa de gobierno “informal”. Esto, conforme al Artículo 186, literal a), de la Constitución, impediría a Torres optar al cargo de Presidente y que la autoridad electoral inscribiera a Torres como candidata presidencial. Sin embargo, el TSE la inscribió. 
Manejó a su antojo los programas sociales que terminaron siendo clientelares. Su partido (UNE) —o su gobierno— incluyó a figuras como Baldizón y Barquín, ahora pendiente de proceso; a Marlene Blanco Lapola, hermana de su jefe de campaña: Orlando Blanco, acusada de ejecución extrajudicial; al ministro de Defensa Abraham Valenzuela, cesado en un incidente no aclarado, con llamadas de por medio a grupos de narcotraficantes. 
Por esas y otras razones, son ridículas todas esas mentiras que publica en su campaña —en su desesperación por llegar al poder. Por ejemplo en ese anuncio: ...tenemos hospitales colapsados, escuelas sin recursos, seguridad sin recursos y que tiene que llegar al poder un candidato con experiencia y no a improvisar..." Juzgue usted amigo lector.

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