lunes, 2 de febrero de 2015


Otro negocio oscuro se gesta en la DGAC

La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) busca arrendar un área de 13 mil 500 metros cuadrados adyacente al Aeropuerto Internacional La Aurora para construir y operar la nueva terminal de combustible de aviación por un plazo de 15 años, mediante un proceso opaco que, según las petroleras internacionales, beneficia a una sola empresa y elimina la competencia. El concurso no fue publicado en el portal de Guatecompras.
A menos de un año del escándalo por el lesivo contrato de arrendamiento otorgado a Ciro Ordóñez para operar la sala de espera de pasajeros y terminal de vuelos locales Plaza 13 Baktun, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) vuelve a intentar arrendar otra área adyacente al Aeropuerto Internacional La Aurora, para construir y operar una terminal de combustibles para aviones, mediante un concurso que beneficia a una empresa.

El 24 de noviembre pasado, Jair Samayoa, interventor de la DGAC, envió una carta de invitación a varias petroleras para participar en este proceso contemplado en el Plan Maestro del Aeropuerto La Aurora, para el diseño, construcción, operación y mantenimiento del nuevo sistema de distribución de combustibles.

El área a arrendar de 13 mil 500 metros cuadrados será otorgada a la empresa beneficiada por un plazo de 15 años renovables, la cual deberá pagar una renta fija no menor de Q8 por metro cuadrado, otra renta variable más un derecho de explotación por el volumen de venta.

Entre las empresas invitadas figuraban Puma Energy, Chevron (Texaco), Terminales del Atlántico (Unopetrol) y Liquisa, que actualmente cuentan con plantas de combustibles compartidas que operan dentro de la terminal aérea, abasteciendo los aviones de las compañías con las que poseen contratos.

Esta es la segunda oportunidad en que la DGAC intenta arrendar el espacio para construir una nueva terminal de combustibles, luego de que a inicios de 2014 otorgó dicho proyecto a la empresa ASIG Guatemala, S.A., mediante un proceso en el que fue la única participante y que luego fue rescindido el 21 de noviembre, debido a los múltiples vicios existentes en el proceso.

Tres días después, las petroleras que operan en el aeropuerto fueron invitadas a participar en un nuevo concurso, pero se toparon con un requisito de acreditar experiencia operativa en recepción, almacenamiento y suministro de combustibles de aviación como mínimo en cuatro aeropuertos de Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica) y haber despachado un volumen mínimo de 45 millones de galones en 2013.

Está cláusula sorprendió a la mayoría de las compañías invitadas, excepto a Terminales del Atlántico, S. A. (TASA), del grupo Unopetrol, que es la única compañía que sí podía cumplir con este requerimiento técnico esencial.

Los ejecutivos de las compañías petroleras intentaron dialogar sobre está cláusula con el interventor Jair Samayoa, sin embargo, este no los atendió.

El 8 de diciembre pasado, las empresas presentaron sus ofertas, pero, dos de las tres propuestas fueron desestimadas por la DGAC, que argumentó que incumplían con el requisito de operar en al menos cuatro aeropuertos en Centroamérica y por no presentar documentación legal actualizada. La única oferta que cumplió los requisitos fue la de TASA.

El 11 de diciembre, Puma Energy planteó un recurso de revocatoria ante la DGAC, donde argumentaba que operaba en las terminales aéreas de Belice y El Salvador, además de operar conjuntamente en las de Managua y Guatemala (así como en más de 40 aeropuertos a nivel mundial) y que si se tomaba en cuenta las operaciones conjuntas en Guatemala y Nicaragua cumplía con el volumen mínimo de 45 millones de galones anuales despachados en 2013, sin embargo, Aeronáutica declaró sin lugar su recurso dos semanas después. Belice no estaba considerado como parte de Centroamérica.

Chevron (Texaco), que opera en tres aeropuertos de Centroamérica y más de 70 a nivel mundial, de igual manera su oferta no fue considerada.
El recurso de Puma Energy concluía que “ES EVIDENTE, que la invitación a ofertar FUE HECHA A LA MEDIDA Y DEDICADA A UNA EMPRESA EN ESPECIAL… que “DE ANTEMANO el señor interventor sabía que SOLO UNA EMPRESA PODÍA CUMPLIR, ADEMÁS DE EFECTUAR DICHA INVITACIÓN EN UN TIEMPO DEMASIADO CORTO PARA LA ENVERGADURA DEL PROYECTO QUE SE PRETENDE HACER”.

Un negocio apetecido

Según la DGAC, la empresa beneficiada con el arrendamiento del terreno para diseñar, construir y administrar la nueva terminal de combustibles deberá despachar una cantidad mínima de 27 millones de galones al año, el estimado del consumo anual del Aeropuerto La Aurora que representarían ventas por más de US$50 millones.

Bajo el sistema actual, Puma Energy y Chevron operan una terminal conjunta para atender los contratos que poseen con las aerolíneas internacionales, mientras que TASA y Liquisa operan la otra terminal conjunta que provee la misma marca de combustible. La competencia entre las petroleras es un tema clave para las aerolíneas, ya que el combustible es el principal rubro de su costo de operación y su precio incide en el valor de los pasajes.

Al operar la nueva terminal de combustibles, petroleras como Puma Energy y Chevron ya no podrán atender directamente a las aerolíneas, por lo que deberán negociar y pagar una renta a la empresa que obtenga su administración, para poder seguir abasteciendo a las aerolíneas.

Esto nos hace codependientes de un tercero y nos puede sacar del mercado (si les cobran una renta alta), ya que las aerolíneas licitan su combustible con las empresas más eficientes, señala Juan Ángel Díaz, gerente general de Puma Energy en Guatemala.

Aerolíneas preocupadas

Al ser informados del concurso, Filipe Reis, jefe regional para las Américas de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), le envió una carta a Samayoa, el 21 de enero pasado, manifestándole sus inquietudes por la forma cómo se adjudicó la administración de la nueva terminal de combustibles de La Aurora a un único proveedor regional.

Entre las inquietudes señalan que solo un proveedor regional fue aprobado y no hubo participantes internacionales: “Limitar las licitaciones a la participación de empresas regionales reduce el interés por la subasta y genera costos mayores (a las aerolíneas) debido a la falta de competencia”.

Adicionalmente, la IATA lamentó que la DGAC no permitió a las aerolíneas participar de la consulta, de acuerdo con los documentos 9082 y 9562 de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), se deben de considerar en el proceso pues las mismas son las usuarias finales del servicio.

“El combustible es el ítem de costo más relevante de una aerolínea y recibir la retroalimentación de las mismas en términos de las mejores prácticas regionales y globales es absolutamente necesario. Desafortunadamente, hay ejemplos en la región (centroamericana) donde el aeropuerto otorgó el suministro a un único proveedor, eliminando la competencia entre proveedores e imponiendo precios abusivos”, advierte la IATA.

Esta preocupación fue confirmada por la Asociación Guatemalteca de Líneas Aéreas (AGLA), que el 23 de enero le envió una carta a Samayoa, donde le manifiestan que están muy sorprendidas por no haber sido comunicadas con antelación ni tomadas en cuenta en el análisis y proceso de aprobación de la única empresa que participó en la licitación.

También señalan que están sumamente preocupadas ya que no han sido notificadas oficialmente de quién es la empresa adjudicada y a partir de cuándo empezará a administrar la nueva terminal de combustibles, ya que la mayoría de aerolíneas tiene contratos vigentes con empresas autorizadas en Guatemala y que en muchos casos son contratos a nivel regional.

Les solicitan su desalojo

El golpe de gracia para Puma Energy y Chevron les llegó el miércoles pasado cuando la DGAC les notificó, por medio de una circular, que no les renovarán el contrato de arrendamiento del área que utilizan para almacenar combustibles dentro del aeropuerto, que vence el próximo 2 de junio por razones de conveniencia.

La circular les fija un periodo de 30 días a partir del vencimiento del contrato para desmontar sus instalaciones y proceder a entregar el área a la DGAC.

Analizan acciones legales

Al ser consultado sobre el concurso, Juan Ángel Díaz, de Puma Energy en Guatemala, comentó que todo el proceso de contratación estuvo sesgado hacia uno de los participantes, ya que desde la invitación traía una serie de requisitos técnicos con nombre y apellido.

Los ejecutivos de Puma analizan interponer un recurso en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo, además de enviarle una carta al presidente Otto Pérez Molina para que se revise todo el proceso por falta de transparencia.

Por su parte, los ejecutivos de Chevron indicaron que esta semana fijarán su postura oficial, aunque adelantaron que desde el mismo momento en que los invitaron a participar en el concurso ya los estaban descalificando, aparte de que hay claros indicios de falta de transparencia desde la invitación.

“Nos están sacando del aeropuerto antes de que esté construida la nueva planta, por lo que podría haber problemas de desabastecimiento”, advierte el ejecutivo, quien agrega que existen tratados de libre comercio con Estados Unidos y Europa que protegen las inversiones norteamericanas y europeas.

Chevron es de capital estadounidense y Puma Energy de la multinacional holandesa Trafigura, por lo que este caso incluso podría ventilarse en un Tribunal de Arbitraje, por considerarse trato discriminatorio y confiscatorio.

AC ADVIERTE Componendas  y negocios amarrados

Al analizar este concurso, Manfredo Marroquín, presidente de Acción Ciudadana capítulo local de Transparencia Internacional, considera que con la opacidad que se observa, lejos de buscar las mejores condiciones para el país, se le entregó a una sola empresa un negocio millonario.

“El mercado es muy amplio para buscar las mejores condiciones; sin embargo, con componendas así, se sigue favoreciendo a empresas ya amarradas, lo que reduce la competencia”, manifestó Marroquín.

El representante de Acción Ciudadana hizo un llamado a la Contraloría General de Cuentas para que actúe al respecto. “Ellos debieron haber intervenido para ver si se está cumpliendo con las leyes”, concluyó.

Se trató de entrevistar a Jair Samayoa, interventor de la DGAC, para conocer su versión sobre el proceso, pero no accedió a lo solicitado por medio de su Departamento de Comunicación.

Primer concurso fue prescindido

La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) ya había realizado un concurso a principios de 2014 para la nueva terminal de combustibles; sin embargo, solo participó un oferente: ASIG Guatemala, S.A. que fue adjudicado el 14 de febrero. El requisito en dicha ocasión era que la compañía debía comprobar operaciones en, como mínimo, 70 aeropuertos a nivel internacional y 50 terminales aéreas en el continente americano, así como 20 años de experiencia mínima.

Este concurso fue anulado el 21 de noviembre pasado, debido a anomalías en el proceso; sin embargo, Óscar Estrada, vocero de la DGAC, afirma que fue prescindido porque la empresa no presentó las ampliaciones de los requisitos que le fueron solicitadas.

PROCESO DIRIGIDO

Jair Samayoa, interventor de la DGAC, envió una carta de invitación a Puma Energy, Chevron y TASA el 24 de noviembre.  Los requisitos técnicos establecen que los oferentes deben operar en al menos cuatro aeropuertos de Centroamérica, lo cual solo cumple TASA. La IATA envió una carta a Samayoa manifestando su preocupación.




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