miércoles, 7 de mayo de 2014

La insólita historia de un timador salvadoreño que burló a Guatemala
Lafitte Fernández del periódico digital salvadoreño Diario1.com elaboró un reportaje periodístico acerca de Raúl Reyes Aguilar, quien construyó una burbuja financiera de US$1,200 millones para construir el canal interoceánico terrestre en el país.  Desde hace una semana está preso en una cárcel que controlan los militares, luego de  Engañar hasta al presidente Otto Pérez Molina. 

En septiembre de 2013, Otto Pérez declaró el programa del Corredor Interoceánico de “utilidad pública y de interés nacional”. En la foto figura junto al presidente de la Junta Directiva de la obra Guillermo Catalán (izquierda) y Mario García Catalán. 

Hace casi 15 años fue acusado penalmente por traficar personas hacia Estados Unidos. En esa época se le tuvo como un refinado y astuto “coyote”.

Montó toda una sofisticada operación para hacer llegar a El Salvador, a ecuatorianos a quienes acreditaba como periodistas de una agencia de prensa que solo estaba en su cabeza: News Network Internacional.

Una vez que los ecuatorianos llegaban aquí, ese hombre se las arreglaba para llevarlos a Estados Unidos ayudado por otros “coyotes” mexicanos.

Cuando lo detuvieron tenía en su poder 22 credenciales falsas de periodista. Salió libre porque, en ese tiempo, no existía una ley que castigara el tráfico de personas. Intentaron cazarlo junto a una mujer como miembros de una asociación ilícita pero fue inútil. Salió libre sin “moretes” penales.

Quince años después, Raúl Antonio Reyes Aguilar llegó a ser el principal manejador y supuesto financista de un canal interoceánico terrestre que podría costar US$14 mil millones y que el Gobierno de Guatemala pretende convertirlo en el proyecto más ambicioso y promisorio de ese país.

Reyes Aguilar fue capturado el pasado 29 de abril en el kilómetro 74.5 de la carretera a El Salvador.
Así de contradictoria era la vida de Reyes antes de caer preso en ese país la semana pasada. Hasta hace poco más de un año, Reyes tampoco podía pagar el alquiler de una lujosa residencia que rentó en un exclusivo barrio de San Salvador para fingir que era un ser adinerado.

Pero, aunque no podía pagar su casa, sí fue capaz de decirle al presidente de Guatemala, Otto Pérez, que le bastaba con chasquear los dedos para conseguir US$1,200 millones para financiar el Canal Interoceánico en ese país. Lo peor es que en Guatemala le creyeron.

Ese es Raúl Reyes: un controvertido salvadoreño de 50 años, mitómano, ambicioso y conspicuo, que siempre se presentaba como uno de los hombres mejor conectados con el mundo empresarial y financiero. Sobre todo en los países nórdicos.

Reyes está, desde hace pocos días, en prisión en Guatemala, acusado de construir una burbuja financiera de al menos US$1,200 millones e intentar timar al propio presidente de Guatemala, Otto Pérez, como si fuese el mago Houdini.

Si antes Raúl no podía pagar su residencia en El Salvador ni su oficina en la colonia Escalón, ahora tiene comida y alojamiento gratis en una exclusiva prisión de Guatemala (Cuartel de Matamoros).

 La advertencia no puede ser mayor: los militares guatemaltecos lo metieron en el reino de sus intrigas y revanchas, mientras un juez lo juzga.

Reyes está, desde la semana pasada, en la misma cárcel donde permaneció preso el expresidente Alfonso Portillo, antes de que fuera llevado a Nueva York para que confesara que los taiwaneses también lo sobornaron con mucho dinero, a principios de 2000.

Cuando se repasa el paso de Reyes Aguilar por Guatemala, durante el último año, fácilmente puede calificarse como la mayor tentativa de estafa y timo cometido por un salvadoreño en un país ajeno.

“Dormía a cualquiera”, dijo una persona que lo conoció por muchos años.

Tal vez tengan razón: Raúl Antonio Reyes tiene la capacidad de decir hoy que es graduado en la universidad más importante de México en geodesia y, tres días después, jura que recibió un doctorado en España.

Y si hoy habla como salvadoreño, mañana libera vocablos con acento catalán o italiano. El hombre no solo es controversial: es versátil, astuto, bien articulado y capaz de engañar a cualquiera con solo que lo escuche diez minutos.

Incluso, en la construcción de esa burbuja financiera no solo timó al Presidente de Guatemala, sino también a inversionistas salvadoreños y guatemaltecos que ahora se jalan los cabellos por creerle todo el cuento chino que les montó.

A base de presentarse como el hombre que construiría el Canal Interoceánico terrestre de Guatemala, y de ofrecer financiamiento de los países nórdicos y de al menos seis compañías internacionales que decía representar, logró también perjudicar a un grupo de profesionales de Guatemala a quienes llevó a ese país con la promesa de convertirse en hombres ricos, en muy poco tiempo.

Elevadísimos salarios, apartamentos y autos del año eran parte del botín de muchos profesionales que ahora comienzan a resentir el engaño de Reyes y están muy asustados cuando miran hacia el futuro.

Sus raíces y acercamientos

Raúl Reyes nació en San Salvador en septiembre de 1964. Hasta hace poco tiempo reportaba un salario mensual de US$7 mil y otros ingresos por rentas de US$2 mil 500, cuando pedía préstamos en El Salvador.

Desde hace algún tiempo vive relativamente acomodado, sobre todo después de que, en Guatemala, lo colocaran como la cabeza financiera del mayor proyecto de infraestructura de su historia.

Se trata de un canal terrestre  interoceánico que todavía no empieza su construcción, precisamente por responsabilidad del salvadoreño. Los engaños de Raúl en ese tema fueron tantos, en tan poco tiempo, que quizá echó para atrás un par de años la iniciación del canal terrestre guatemalteco que competiría con el Canal de Panamá.

Guatemala estudia, desde hace 13 años, la construcción de ese canal tomando en cuenta una serie de factores como la subida en el tamaño de los buques mercantes que se conducen por ambos mares y necesitan trasladar bienes de una costa a otra.

Pero, para construir ese canal terrestre interoceánico, se necesita expropiar las tierras a unos 3 mil 500 poseedores localizados a lo largo de unos 48 municipios guatemaltecos.

Como se sabía que para pagar las tierras del canal se necesitaban muchos millones de dólares, influyentes guatemaltecos presentaron a los responsables del asocio público privado que permitiría la inmensa obra en tierras cercanas a la frontera con El Salvador, a Raúl Reyes.

Cómo llegó Reyes a niveles tan altos en Guatemala se desconoce. Pero muy pronto estaba sentado en el Palacio Nacional de ese país, junto al presidente Otto Pérez, uno de los principales impulsadores del Canal Interoceánico.

 Todas las presentaciones formales se iniciaron en 2013. En menos de un año, Raúl Reyes Aguilar subió como meteoro y comenzó a codearse con algunos de los principales funcionarios del actual gobierno.

Entretanto, la fortuna de Reyes crecía en El Salvador. Al menos tres automóviles se guardaban en su casa. Un BMW 325 de 2007, un Nissan Frontier de 2013 y un Kia de 2012. Entre más confianza ganaba en Guatemala, mejor le iba. Su fórmula era sencilla: engaña que cuando más crezca el engaño, más vulnerables se vuelven las víctimas.

Todo eso lo había aplicado en El Salvador desde muchos años atrás. Reyes ha hecho de todo en el país: no solo fue “coyote” de ecuatorianos. Decía que era un firme representante de firmas chinas y que sus conexiones políticas con salvadoreños llegaban hasta el infinito.

Pero, sabía que donde le iría mejor era en Guatemala, sobre todo cuando le abrieron las puertas del Canal Interoceánico terrestre y se declaró como un altísimo representante de la firma Eurogas Enterprises, una compañía que podía financiar buena parte del dinero que se necesitaba para comenzar a construir el canal guatemalteco.

Pero, los más graves problemas de Reyes surgieron cuando los guatemaltecos lograron probar que Eurogas era una empresa inexistente, fantasma, y que todo lo que Reyes les había dicho durante más de un año, era una completa farsa.

En ese momento empezó un terremoto en Guatemala que llegó hasta el Palacio Nacional desde donde se ordenó detener a Reyes Aguilar, quizá el salvadoreño que ha llevado más alto sus atrevimientos, burbujas y timos.

La historia de Reyes Aguilar apenas comienza. Incluso, un reciente comunicado del presidente de la junta directiva del Corredor Interoceánico de Guatemala, Guillermo Catalán España, dice que pedirán otras órdenes de captura en Guatemala y en El Salvador, en “contra de personas asociadas que facilitaron la comisión de ilícitos denunciados, o de aquellas personas que resulten responsables como autores intelectuales o materiales derivado de las investigaciones”.

El Diario 1.com ofrece la segunda parte de la investigación que muestra la forma de vida de Reyes, sus negocios en El Salvador y el cisma que causó en el país.


La captura


> Raúl Antonio Reyes Aguilar, de 50 años, fue capturado el pasado 29 de abril, en el kilómetro 74.5 de la ruta CA8, límite entre Jutiapa y Cuilapa, Santa Rosa, por agentes de la Comisaría 21. Los delitos atribuidos son estafa propia, apropiación y retención indebida.

> La orden fue girada por el Juzgado Primero Pluripersonal de Paz Penal.

Reyes Aguilar fue enviado a prisión preventiva a la cárcel militar habilitada en el Cuartel de Matamoros, ubicado en la zona 1. La jueza Adelina Cruz, a cargo del caso, solicitó la reserva del mismo por diez días.


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