La insólita historia de un timador salvadoreño que burló a Guatemala
Lafitte Fernández del periódico
digital salvadoreño Diario1.com elaboró un reportaje periodístico acerca de Raúl
Reyes Aguilar, quien construyó una burbuja financiera de US$1,200 millones para
construir el canal interoceánico terrestre en el país. Desde hace una
semana está preso en una cárcel que controlan los militares, luego de
Engañar hasta al presidente Otto Pérez Molina.
En septiembre de 2013, Otto Pérez
declaró el programa del Corredor Interoceánico de “utilidad pública y de
interés nacional”. En la foto figura junto al presidente de la Junta Directiva
de la obra Guillermo Catalán (izquierda) y Mario García Catalán.
Hace casi 15 años fue acusado
penalmente por traficar personas hacia Estados Unidos. En esa época se le tuvo
como un refinado y astuto “coyote”.
Montó toda una sofisticada
operación para hacer llegar a El Salvador, a ecuatorianos a quienes acreditaba
como periodistas de una agencia de prensa que solo estaba en su cabeza: News Network Internacional.
Una vez que los ecuatorianos
llegaban aquí, ese hombre se las arreglaba para llevarlos a Estados Unidos
ayudado por otros “coyotes” mexicanos.
Cuando lo detuvieron tenía en su
poder 22 credenciales falsas de periodista. Salió libre porque, en ese tiempo,
no existía una ley que castigara el tráfico de personas. Intentaron cazarlo
junto a una mujer como miembros de una asociación ilícita pero fue inútil.
Salió libre sin “moretes” penales.
Quince años después, Raúl Antonio
Reyes Aguilar llegó a ser el principal manejador y supuesto financista de un
canal interoceánico terrestre que podría costar US$14 mil millones y que el
Gobierno de Guatemala pretende convertirlo en el proyecto más ambicioso y
promisorio de ese país.
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Reyes Aguilar fue capturado el pasado 29 de abril en el kilómetro 74.5 de
la carretera a El Salvador.
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Así de contradictoria era la vida
de Reyes antes de caer preso en ese país la semana pasada. Hasta hace poco más
de un año, Reyes tampoco podía pagar el alquiler de una lujosa residencia que
rentó en un exclusivo barrio de San Salvador para fingir que era un ser
adinerado.
Pero, aunque no podía pagar su
casa, sí fue capaz de decirle al presidente de Guatemala, Otto Pérez, que le
bastaba con chasquear los dedos para conseguir US$1,200 millones para financiar
el Canal Interoceánico en ese país. Lo peor es que en Guatemala le creyeron.
Ese es Raúl Reyes: un
controvertido salvadoreño de 50 años, mitómano, ambicioso y conspicuo, que
siempre se presentaba como uno de los hombres mejor conectados con el mundo
empresarial y financiero. Sobre todo en los países nórdicos.
Reyes está, desde hace pocos
días, en prisión en Guatemala, acusado de construir una burbuja financiera de
al menos US$1,200 millones e intentar timar al propio presidente de Guatemala,
Otto Pérez, como si fuese el mago Houdini.
Si antes Raúl no podía pagar su
residencia en El Salvador ni su oficina en la colonia Escalón, ahora tiene
comida y alojamiento gratis en una exclusiva prisión de Guatemala (Cuartel de
Matamoros).
La advertencia no puede ser
mayor: los militares guatemaltecos lo metieron en el reino de sus intrigas y
revanchas, mientras un juez lo juzga.
Reyes está, desde la semana
pasada, en la misma cárcel donde permaneció preso el expresidente Alfonso
Portillo, antes de que fuera llevado a Nueva York para que confesara que los
taiwaneses también lo sobornaron con mucho dinero, a principios de 2000.
Cuando se repasa el paso de Reyes
Aguilar por Guatemala, durante el último año, fácilmente puede calificarse como
la mayor tentativa de estafa y timo cometido por un salvadoreño en un país
ajeno.
“Dormía a cualquiera”, dijo una
persona que lo conoció por muchos años.
Tal vez tengan razón: Raúl
Antonio Reyes tiene la capacidad de decir hoy que es graduado en la universidad
más importante de México en geodesia y, tres días después, jura que recibió un
doctorado en España.
Y si hoy habla como salvadoreño,
mañana libera vocablos con acento catalán o italiano. El hombre no solo es
controversial: es versátil, astuto, bien articulado y capaz de engañar a
cualquiera con solo que lo escuche diez minutos.
Incluso, en la construcción de
esa burbuja financiera no solo timó al Presidente de Guatemala, sino también a
inversionistas salvadoreños y guatemaltecos que ahora se jalan los cabellos por
creerle todo el cuento chino que les montó.
A base de presentarse como el
hombre que construiría el Canal Interoceánico terrestre de Guatemala, y de
ofrecer financiamiento de los países nórdicos y de al menos seis compañías
internacionales que decía representar, logró también perjudicar a un grupo de
profesionales de Guatemala a quienes llevó a ese país con la promesa de
convertirse en hombres ricos, en muy poco tiempo.
Elevadísimos salarios,
apartamentos y autos del año eran parte del botín de muchos profesionales que
ahora comienzan a resentir el engaño de Reyes y están muy asustados cuando
miran hacia el futuro.
Sus raíces y acercamientos
Raúl Reyes nació en San Salvador
en septiembre de 1964. Hasta hace poco tiempo reportaba un salario mensual de
US$7 mil y otros ingresos por rentas de US$2 mil 500, cuando pedía préstamos en
El Salvador.
Desde hace algún tiempo vive
relativamente acomodado, sobre todo después de que, en Guatemala, lo colocaran
como la cabeza financiera del mayor proyecto de infraestructura de su historia.
Se trata de un canal terrestre
interoceánico que todavía no empieza su construcción, precisamente por
responsabilidad del salvadoreño. Los engaños de Raúl en ese tema fueron tantos,
en tan poco tiempo, que quizá echó para atrás un par de años la iniciación del
canal terrestre guatemalteco que competiría con el Canal de Panamá.
Guatemala estudia, desde hace 13
años, la construcción de ese canal tomando en cuenta una serie de factores como
la subida en el tamaño de los buques mercantes que se conducen por ambos mares
y necesitan trasladar bienes de una costa a otra.
Pero, para construir ese canal
terrestre interoceánico, se necesita expropiar las tierras a unos 3 mil 500
poseedores localizados a lo largo de unos 48 municipios guatemaltecos.
Como se sabía que para pagar las
tierras del canal se necesitaban muchos millones de dólares, influyentes
guatemaltecos presentaron a los responsables del asocio público privado que
permitiría la inmensa obra en tierras cercanas a la frontera con El Salvador, a
Raúl Reyes.
Cómo llegó Reyes a niveles tan
altos en Guatemala se desconoce. Pero muy pronto estaba sentado en el Palacio
Nacional de ese país, junto al presidente Otto Pérez, uno de los principales
impulsadores del Canal Interoceánico.
Todas las presentaciones
formales se iniciaron en 2013. En menos de un año, Raúl Reyes Aguilar subió
como meteoro y comenzó a codearse con algunos de los principales funcionarios
del actual gobierno.
Entretanto, la fortuna de Reyes
crecía en El Salvador. Al menos tres automóviles se guardaban en su casa. Un
BMW 325 de 2007, un Nissan Frontier de 2013 y un Kia de 2012. Entre más
confianza ganaba en Guatemala, mejor le iba. Su fórmula era sencilla: engaña
que cuando más crezca el engaño, más vulnerables se vuelven las víctimas.
Todo eso lo había aplicado en El
Salvador desde muchos años atrás. Reyes ha hecho de todo en el país: no solo
fue “coyote” de ecuatorianos. Decía que era un firme representante de firmas
chinas y que sus conexiones políticas con salvadoreños llegaban hasta el
infinito.
Pero, sabía que donde le iría
mejor era en Guatemala, sobre todo cuando le abrieron las puertas del Canal
Interoceánico terrestre y se declaró como un altísimo representante de la firma
Eurogas Enterprises, una compañía que podía financiar buena parte del dinero
que se necesitaba para comenzar a construir el canal guatemalteco.
Pero, los más graves problemas de
Reyes surgieron cuando los guatemaltecos lograron probar que Eurogas era una
empresa inexistente, fantasma, y que todo lo que Reyes les había dicho durante
más de un año, era una completa farsa.
En ese momento empezó un
terremoto en Guatemala que llegó hasta el Palacio Nacional desde donde se
ordenó detener a Reyes Aguilar, quizá el salvadoreño que ha llevado más alto
sus atrevimientos, burbujas y timos.
La historia de Reyes Aguilar
apenas comienza. Incluso, un reciente comunicado del presidente de la junta
directiva del Corredor Interoceánico de Guatemala, Guillermo Catalán España,
dice que pedirán otras órdenes de captura en Guatemala y en El Salvador, en
“contra de personas asociadas que facilitaron la comisión de ilícitos
denunciados, o de aquellas personas que resulten responsables como autores
intelectuales o materiales derivado de las investigaciones”.
El Diario 1.com ofrece la
segunda parte de la investigación que muestra la forma de vida de Reyes, sus
negocios en El Salvador y el cisma que causó en el país.
La captura
> Raúl Antonio Reyes Aguilar,
de 50 años, fue capturado el pasado 29 de abril, en el kilómetro 74.5 de la
ruta CA8, límite entre Jutiapa y Cuilapa, Santa Rosa, por agentes de la
Comisaría 21. Los delitos atribuidos son estafa propia, apropiación y
retención indebida.
> La orden fue girada por
el Juzgado Primero Pluripersonal de Paz Penal.
Reyes Aguilar fue enviado a
prisión preventiva a la cárcel militar habilitada en el Cuartel de Matamoros,
ubicado en la zona 1. La jueza Adelina Cruz, a cargo del caso, solicitó la
reserva del mismo por diez días.